miércoles, marzo 21, 2007

Delirium (cuentos con y sin drogas), León Pascal


Sólo quien es feliz puede transmitir felicidad. Yo: incapaz de motivar a una pulga. Sangre y sonrisas.
León Pascal


Se imaginan a Burroughs, Bukowski o a Hunter Thompson escribiendo sin drogas ni alcohol en el cuerpo. ¿Poetas malditos rehabilitados? Difícil. Sus vidas, (des)estabilizadas con la embriaguez, fueron el fermento de su literatura. Para un rehabilitado, como León Pascal, las drogas son el centro del universo, y la vida de quien las consume, en sus palabras, es una caca humeante. Estos cuentos tratan de sexo y drogas; exageradas ficciones acerca de la desesperación que el exceso de éstas producen. A continuación, algunos pros y contras de consumir Delirium.

1. El primer punto a su favor es que casi no existen obras que aborden la fauna yonqui nacional. Pero en muchos de los casos cae en los clichés de que la vida es una mierda, la sociedad es cruel e indiferente, la droga un camino sin retorno.

2. La imaginación de Pascal (¿producto de sus experiencias con psicodélicos?) llega a niveles impredecibles. Ninfómanas extraterrestres con seis tetas en un bar de Ñuñoa. Una varita mágica comprada en una micro, que transforma al protagonista en una bella modelo, en una ballena, en un hippie de Woodstock, etc.

3. El lenguaje en sus cuentos parece un animal vivo, lleno de energía, de la vitalidad del habla cotidiana mezclada con el barroquismo de La Cuarta. Aunque peca de exceso de modismos y todos los personajes parecen hablar de la misma manera.

4. Pero si Pascal sabe jugar con el lenguaje, no así con las estructuras narrativas: 12 de los 25 cuentos terminan con la muerte del protagonista, recurso que suelen utilizar los escritores neófitos o los que no quieren esforzarse un poco más por resolver la madeja narrativa. En Vale Hongo un tranquilo joven del barrio alto se vuelve ultraviolento por un mal viaje en hongo en el Valle de la Luna y asesina a los otros personajes.

5. Como Réquiem para un Sueño, Pascal aborda el lado gangrenal de la droga. Tiene la crudeza y coprolalia de Palahniuk, pero no su verosimilitud, aunque debo reconocer que con algunas de las escenas triple equis me excité.

6. Pascal, como Don Miguel, se drogó durante veinte años hasta que su vida pendió de un hilo. Sobreviviente del lado sórdido de la vida ha vuelto para dedicarle su literatura rehabilitada a la causa: la gente no debe tener derecho a equivocarse como él. Sin embargo, ahí donde la causa se desdibuja, donde sacrifica su misión moral, Pascal alcanza su mayor altura estética.

Delirium, León Pascal, LOM, 2000, 224 págs.

2 comentarios:

Lucas Aguirre. dijo...

lindo blog che!
testaré leyendo :):)

Enteogénesis dijo...

Gracias... Lucas... Espero que te sigan gustando los articulos... Casi todos ellos publicados en la revista Cañamo de Chile... Saludos, che!